Tras casi una década aportando su visión narrativa a la novela tradicional, el autor decidió ejecutar una cabriola circense inesperada y adentrarse en el mundo de las pulsiones inmediatas. Durante los últimos años ha hecho de la lírica, la prosa poética, los aforismos y las ráfagas de insensatez emocional su nueva casa y su nuevo bastión. La bandera de su nueva realidad. A modo de santuarios, cuatro son los refugios donde esconde su mensaje y su palabra. Cuatro son los feudos diseminados por las páginas este libro, cada uno con su propio nombre, donde el autor perpetúa, negro sobre blanco, sus emociones más personales y sus reflexiones más insondables acerca del amor, del desamor, de la vida, de la muerte y del mundo.