Los niños podrán crear su propia versión ilustrada de este relato clásico con solo pasar un pincel mojado en agua sobre los dibujos en blanco y negro. Las imágenes se acompañan de textos sencillos que narran el cuento en una versión adaptada a los pequeños lectores. ¡Una manera perfecta de fomentar su interés por la pintura y la literatura!