Tres mujeres que comparten el mismo nombre impronunciable. Tres épocas distintas: el período de la segunda guerra entre Cartago y Roma, el Renacimiento del siglo XVI y los inciertos y tormentosos años del momento presente. Un único hilo conductor y un gran enigma contenido en un cuadro. De llegar a resolverse, quizás el ser humano podría escapar de la espiral de autodestrucción en la que lleva inmerso desde que la codicia comenzara a gobernar el mundo.