Rita Albera toma la palabra en un tono provocador para dirigirse a su madre y desgranar una relación nada fácil y a menudo controvertida que intenta, sin embargo, salvar con una firme voluntad de acercamiento, armonía y deseo de ternura.
País íntimo es también la historia de dos mujeres; una madre esquiva y herida por una injusticia, imposibilitada para la alegría e incapaz de perdonar, y su hija, desdoblada entre el pueblo natal y la gran ciudad, abierta al amor y a la amistad, y que ansía liberarse del injusto legado que le ha tocado en suerte.